Más importante que las obras de caridad es juntar esfuerzos en busca de un bien común.
Ser solidarios es entender la necesidad del otro y tomar acción en busca de un beneficio casi siempre mutuo, porque siempre aquel que aparentemente da, dona, o ayuda, recibe tanto o más que su aporte.
El espíritu de servicio siempre es recompensado con una alta dosis de satisfacción. Y es allí en donde el servicio se convierte en una expresión de solidaridad.
La acción solidaria de Manos Unidas en Latinoamérica
El servicio prestado a través de la acción solidaria es la razón de ser y el móvil del actuar de Manos Unidas en Latinoamérica, donde ha apoyado a las comunidades en estado de vulnerabilidad en 15 países por casi cincuenta años. Fiel a su condición de organización católica, apoya programas que buscan mejorar las condiciones de vida de los más débiles, en mejora de infraestructura, proyectos productivos y desarrollo integral, entre otros.
También busca la formación del individuo para que, como protagonista de su propia vida, busque su crecimiento personal y espiritual, como bases para crear condiciones de vida dignas para él, su familia e incluso se convierta en generador de servicio y bienestar para su comunidad.
Su naturaleza católica hace que fundamente su accionar en las enseñanzas del evangelio, en donde el servicio a los demás tiene total protagonismo. Sobre esa base, apoya proyectos cuyo objetivo es disminuir la desigualdad, fomentar la educación y la seguridad alimentaria, y sensibilizar al público sobre la existencia de estos problemas y la importancia de participar en su erradicación.
Latinoamérica es una de las regiones del mundo más golpeada por la desigualdad y la falta de oportunidades, y por eso es allí donde se vuelve importante la aplicación de los principios católicos, donde el servicio como expresión de solidaridad es un objetivo de Manos Unidas.